He encontrado un regalo encima de la mesa. Su envoltorio es curioso y delicioso a la vez. No se lo que contiene. Pero llama la atención. No se si es de alguien, pero está en la mesa. Lo abro con cuidado, de manera ordenada para luego poder envolverlo y dejarlo como estaba, es curioso. Nunca he sido ordenado, pero me ha llamado tanto la atención que temo no volver a dejarlo intacto, porque… ¿y si no es para mi…?
El regalo sigue ahí, después de abrirlo veo que tiene un envoltorio adicional que si retiro me tendré que responsabilizar si dicho regalo no me pertenece, pues nunca será mío y tampoco quedará como estaba… pero si quiero que sea mío debo eliminar ese plástico transparente. Me gusta lo que veo bajo el envoltorio que no esconde nada, que sólo lo protege frente a demasiadas manos.
Es un regalo perfecto, es lo que necesito y, sobre todo, lo que deseo desde hace más tiempo del que me gustaría reconocer.
No se si me pertenece. Me gustaría que alguien me dijera que sí, que es para mi, pero me da la sensación que nadie va a aparecer.
Aparece alguien. Me dice que no es mío, pero es obvio que me miente, le gusta el regalo y lo quiere para si, yo lo espanto, pero todavía no se si es para mi ¿o yo para el?
Creo que es el regalo el que me tiene que elegir a mi o ¿quizás debería quitarle el envoltorio para que me vea?, pero ¿y si al quitar el envoltorio me doy cuenta que no es para mi o no le pertenezco yo a el? Tiene una tarjeta, seguro que contiene el nombre del destinatario, pero si no quito el envoltorio no la podré leer.
El regalo me gusta y creo que le quitaré el envoltorio, aun con la posibilidad de que no sea para mí. Al menos se que si es para mi lo quiero sin envoltorio…
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