domingo, 24 de agosto de 2008

A los que muchas veces no comprenden...

SOMEDAY NEVER COMES (CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL)

First thing I remember was askin' papa, "Why?",
For there were many things I didn't know.
And Daddy always smiled; took me by the hand,
Sayin', "Someday you'll understand."

CHORUS:
Well, I'm here to tell you now each and ev'ry mother's son
You better learn it fast; you better learn it young,
'Cause, "Someday" Never Comes."

Well, time and tears went by and I collected dust,
For there were many things I didn't know.
When Daddy went away, he said, "Try to be a man,
And, Someday you'll understand."

CHORUS

And then, one day in April, I wasn't even there,
For there were many things I didn't know.
A son was born to me; Mama held his hand,
Sayin' "Someday you'll understand."

CHORUS

Think it was September, the year I went away,
For there were many things I didn't know.
And I still see him standing, try'n' to be a man;
I said, "Someday you'll understand."

CHORUS

Mmmm-mmmm-mmmm....


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ALGUN DÍA NUNCA LLEGA (QUE LA CREEDENCE ME PERDONE)

La primera cosa que yo recuerdo es preguntando a papa ¿Por qué?
Porque había muchas cosas que yo no sabía
Y papa siempre sonreía; me tomaba la mano
Diciendo, “Algún día entenderás”.

ESTRIBILLO:
Bien, estoy aquí ahora contándole a cada uno de los hijos de todas las madres
Mejor apréndelo rápido; mejor apréndelo joven
Porque “algún día nunca llega”

Bien el tiempo y las lágrimas se fueron y yo recogí el polvo,
Porque había muchas cosas que no sabía.
Cuando papa se fue, el dijo “intenta se un hombre,
Y, algún día lo entenderás”

ESTRIBILLO

Y entonces, un día de abril, yo no estaba allí
Porque había muchas cosas que no sabía
Me nació un hijo; Mama sostuvo su mano,
Diciendo “Algún día lo entenderás”

ESTRIBILLO

Pensar que era septiembre, el año que marché
Pero había muchas cosas que no sabía
Y todavía lo veo estar de pie, intentando ser un hombre
Yo dije “Algún día lo entenderas”

ESTRIBILLO

Mmmmmmmmmm

Orgullo patrio, sí, sí, orgullo patrio.

Hace tiempo que mantengo, y sigo manteniendo, que el orgullo de uno mismo te hace crecer y que si creces eres más feliz porque te sientes realizado y que si eres feliz de verdad haces feliz a los demás y como yo creo en eso de la ‘cadena de favores’ entre todos hacemos un mundo más feliz.

Por eso, hoy, cuando me he levantado a ver la final de baloncesto en las olimpiadas, porque me encanta ese deporte y la competición en general, además de disfrutar de la mejor selección de baloncesto de todos los tiempos en nuestro país, que está al nivel de la mejor selección de todos los tiempos (con el permiso de los Jordan, Johnson y compañía de mi infancia), además de maldecir a los árbitros que son más arbitrarios que nunca (los americanos no necesitan favores ¿o si?)… además de todo he notado ese bichito que te pica en la nuca, el mismo orgullo que me hace crecer todos lo días y que me hace ser feliz, y lo he notado por un equipo que hace que en este país no nos estemos justificando ante la derrota y peleemos hasta el último minuto.

Para los que piensen que esto e lo que hablo es patriotismo: sí, lo es, pero nada más lejos del fascismo que ha intentado hacer de la palabra la patria su exclusivo baluarte. Este orgullo es el mismo que os comento que nos hace más felices y que cuando lo conseguimos lo podemos volcar en los demás. Porque los fascistas se aprovechan de la desunión de los que no son como ellos que tienen miedo a parecer corporativistas y fascistas y que se quedan en la demagogia y en la susodicha desunión.

Por eso, hoy, estoy orgulloso de ser y de ser español como los del baloncesto, porque no por ello soy menos de izquierdas y menos solidario, porque por ganar mato el gusanillo de animal y de competitividad y que todos tenemos y me hace sentir bien y que nos hace competir todos los días y esto es lo que al final nos hace ser mejor.

¡Ajúa!

sábado, 23 de agosto de 2008

¿Por qué vale la pena vivir?


IKE (tumbado en el sofá con una grabadora, suspira)(…)…¿por qué vale la pena vivir? Es una buena pregunta. (Suspira) Mm. (Carraspea, luego suspira.) Bueno, (suspira) hay varias cosas que… que creo hacen que valga la pena. (Suspira) Eh, ¿cuáles? (Suspira) eh, yo diría… Groucho Marx… por decir una, eh, mm, (suspira) Willie Mays (suspira), mm, el segundo movimiento de la Sinfonía de Júpiter… y, mm, Louis Armstrong, el Potatohead Blues… (suspira) mm, las películas suecas, naturalmente… La educación sentimental de Flaubert, (suspira) eh, Marlon Brando, Frank Sinatra, (suspira) mm, las increíbles manzanas y peras de Cézanne… (suspira) eh, los cangrejos del Sam Wo’s… eh , mm (suspira) , la cara de Tracy (risita)…(Suspira)…
MANHATTAN (WOODY ALLEN)

Comparto la mayoría, aunque añadiría algunas más y cambiaría el nombre de Tracy por otro.

martes, 19 de agosto de 2008

Guionista aficionado.

Eso es lo que soy mientras no demuestre lo contrario, lo que me sirve, en la mayor parte de los casos, para predecir lo que va a pasar en la mayor parte de las cosas que veo en el cine o en la tele.

Estaba hasta hace un rato viendo una serie que me gusta. La serie no es especialmente buena, aunque tampoco es precisamente mala, pues, como diría mi amigo Billy W., me haría olvidar que tengo el coche mal aparcado si ese fuera el caso.

La serie, como todas y aunque se disfrace de otras cosas, va de vidas de gentes y, como casi siempre, bastante estereotípicas, lo que permite que nos identifiquemos con alguno de los personajes y nos sintamos protagonista de la historia.

En esta historia existe una familia idílica (a veces existen problemas pero los superan porque son casi perfectos) y hoy, casi sin querer, he visto lo lejos que normalmente está la realidad de esta situación de casi perfección.

Tengo un amigo, que tiene un hijo, en una edad que, aunque no nos lo dijeran expertos ni psicólogos, es la época en la que la persona genera lo que será y que traumas o alegrías marcarán su vida en el futuro. El niño permanece horas delante de la tele, prácticamente no tiene vida social ni física (deporte, amigos, calle,...). Su padre, mi amigo, ayer , con un tercero y en un momento de nostalgia, recordaba sus ratos de juego y calle, mientras tanto su hijo no dejaba de jugar a una consola sentado en un velador cuando los demás niños del lugar correteaban por entre las sillas donde estábamos sentados. Esto no es algo aislado, es lo normal, el niño ve la tele o juega durante horas a videojuegos mientras su padre lo ignora.

Es mi amigo, no creo que haya malicia, creo que hay inconsciencia de lo que significa ser responsable de alguien. Se que si intervengo puedo perder a un amigo, sin embargo me pesa la responsabilidad de poder ejercer algo positivo sobre la vida de ese niño.

Si no hiciera nada creo que el malestar que generaría en mi el hecho de no hacer nada también sería un motivo que dinamitaría nuestra amistad.

Por eso, aunque no se muy bien la manera, debo intervenir aun a riesgo de perder una amistad con la que el mismo no es consecuente, pero, si no valora a su hijo, ¿cómo va a valorar a un amigo?

Espero que sólo sea una mala racha por su parte y se de cuenta que su hijo es algo fundamental en su vida y si de camino se de cuenta que un amigo también, entonces... Todo arreglado.


Tu Luna.

¿Has visto la luna que hemos tenido esta noche? Son las cuatro de la mañana. Ahora me voy a dormir, aunque voy a escribir un ratito. He visto la luz que entraba en mi habitación, no era una farola, era la luna, era Tu Luna, sí, la tuya.

A ti, que me lees por la mañana.

lunes, 11 de agosto de 2008

Amigo de ellas, enemigo de ellos.

Ante la afirmación que encabeza como título esta entrada, contenida en un email algo más extenso, contesté a una miga lo siguiente:

Lo de amigos para ellas es como un mito hecho realidad, soy un buen amigo de las mujeres. Eso que, en principio, debería ser algo positivo (y normalmente lo suele ser) se vuelve contra mi cuando encuentro a alguien (una mujer) de la que pretendo algo más que la amistad (y algo más que sexo...). Esa mujer suele haberse fijado en mi como amigo, y parece que eso suele ser signo de asexuado, no me preguntes por qué, pues ya quisiera yo saberlo.


La amistad con mujeres siempre me proporcionó a medio plazo pareja, si bien, en demasiadas ocasiones, también me proporciona severos varapalos sentimentales, ya que tengo como especial manía la de enamorarme de amigas mías. A mi, ante todo, me gustan las mujeres muy completas y complejas, siendo un valor a destacar la inteligencia, además de que haya entre nosotros una sinergía que vaya más allá de lo físico, si bien esto último tambien es fundamental. Por ello, para que alguien me atraiga más allá de la amistad, necesito primero conocerla fisicamente (se soluciona prácticamente de inmediato), conocerla intelectualemente (conlleva alguna conversación) y conocerla personalmente (algo que necesita de algo de más tiempo que las dos cosas comentadas con anterioridad), claro está a final termina siendo como un casting. Las que pasan el primer punto y nos los demás, se suelen convertir en un hasta luego o, en el caso más loable, en un polvo y el mencionado hasta luego. En el caso que superen el segundo estadío, el de la gymkana que involuntariamente mi cerebro pone en juego, y aunque, suelen ya, estar muy cerca del tercer escalón, si no lo superan, suelen quedarse como conversadoras esporádicas y agradables ( lo que no quita tampoco un esporádico escarceo fisiológico de vez en cuando ). En último lugar, están las que superan las tres pruebas críticas son candidatas de convertirse en algo más que amigas, pues para amigas sólo son virtualente posibles las que superan las dos últimas etapas del proceso de selección, si bien, y como ya dije al principio, en este punto suelen estar ya como amigas. Y en este punto de amistad la parte de pareja sueles abrumarles o, lo que es peor, para ellas no cuento como hombre ¡mierda! (Nota del autor: no todas las amigas llegan al estadío de posible pareja, si bien todas las amigas suelen superar las tres fases de selección).

Si a todo lo anterior unimos mi peor defecto: ¡soy buena persona!, sí, me reitero en lo de que es un defecto, pues parece que a la mayoria de las mujeres - a menos las que yo conozco y que parecen haber heredado algún gen gilipolla de los que a los hombres suelen sobrarnos - esto no sólo les pone si no que además las aleja como posible pareja. Creo que esto del defecto de ser buena gente merece una explicación, y lo soy por: 1, por defecto respeto a la mujeres (a los hombres también, pero entre los tíos eso es relativamente común) pues no las trato como entes portadores de más de un agujero. 2, puedo conversar con ellas sin pretender, como último y único objetivo tapar alguno de los agujeros mencionados en el apartado 1. 3, escucho y no hago como que escucho (a la que no se haya dado cuenta eso es lo que hacen la mayor parte de los hombres), pues estan absortos en los puntos 1 y 2. 4, cuando estoy con ellas suelo ser (siempre, y si es mi pareja más) atento, cordial, sincero, delicado, complaciente (¡en todos los sentidos!) y detallista, algo que la mayoría del resto de los hombres sólo mantiene en el caso de alguna pretensión recogida en los susodichos apartados 1 y2. Mi lista de virtudes es casi tan interminable como corta mi lista de defectos, siempre que el rasero sea el modelo de hombre que las mujeres siempre soléis decir que queréis ¡mentira!, pues, si así fuera, yo sería el hombre más deseado y perseguido del mundo, con el permiso de don George Clooney y del difunto (problema para que sea perseguible) papel de seductor de mi amigo Cary Grant.


Por qué los hombre suelen considerame enemigos míos: por los mismos casos que en el apartado anterior las mujeres me suelen considerar su amigo, aunque ellos no suelen darse cuenta de lo que sucede realmente (aludo a la simpleza más que conocida de la mayor parte de los hombres), si bien ello tampoco me aporta demasiadas alegrías sentimentales (normalmente todo lo contrario).

Por eso me reitero en mi opinión de amigo de ellas y enemigo de ellos (en la mayor parte de los casos, aunque existe alguna excepción), no por predisposición propia si no por ajena.

Así que ya ves, soy el sueño que dicen tener las mujeres cuando proclamáis al mundo vuestros deseos, si bien eso, me atrevo a vislumbrar, es una de las mayores mentiras que soltáis y estáis más cerca en ese caso de los denostados hombres (que quieren una barbie pechugona a la que los amigos piropeen por como la debe felar y lo calladita que está) de lo que os gustaría reconocer, pues, como decía Loquillo y sus trogloditas en 'Simpatía por los Stones': "las chicas prefieren chicos malos para jugar" y a los buenos nos suelen dejar como último plato, una vez ya saciadas (el por qué de esto lo trataré, - o al menos lo intentaré - en otro momento de menor misantropía temporal, que no misoginia).

viernes, 8 de agosto de 2008

Tusitala.


Hace un rato, no mucho, la verdad, intentaba hacer algo que llevo intentando hacer casi toda mi vida, poner en orden mi habitación. Mi habitación ha cambiado de tamaño y de localización – demasiado en los últimos años, ¿o no?, no se – pero no mi hábito de tenerla revuelta, como mi vida, antes dentro de mi, ahora también fuera. Eso me gusta. Bueno, a lo que iba, mientras doblaba la colada para guardarla en el ropero y recogía libros, revistas, periódicos,…, me he puesto un ‘Pasaje de la historia’ del mas grande locutor de radio y uno de los más valerosos y poco reconocidos hombres de la cultura que han nacido en este país, Juan Antonio Cebrián – que en otro momento trataré con más dedicación -, ese pasaje no era otro que el referido a uno de los mejores escritores de todos los tiempos Robert Louis Stevenson, en dicho documento – narrado de forma magistral por mi tocayo – se hablaba de muchas cosas y de cómo al final de su vida se fue a Samoa con el fin de buscar una mejor climatología para su galopante tuberculosis y como, en poco tiempo, se hizo con la empatía y la simpatía de los que allí habitaban contándoles historias, lo que hizo que al final, cuando se plantó el epitafio en su lápida, estos grabaran ‘Tusitala’, en samoano, ‘el contador de historias’. Yo me uno a la dedicatoria, pues uno de sus libros, el más conocido, fue el primero que leí, con el que viajé junto a Long John Silver, hasta una isla, la de mi imaginación, que ya nunca jamás he podido abandonar.

Gracias a todos los Tusitalas del mundo por hacerme soñar despierto y dormido, por hacerme viajar lejos y cerca.

A ti, que me lees por la mañana.

A ti que me echas en cara que no escribo para alegrate el día. A ti que me escuchas y que confías en mi. A ti para que no me eches en cara que no escribo. A ti que te gusta compartir secretos y caipirinhas.

Gracias por quejarte, pues haces que escriba.