Hoy hemos sabido que los unicornios existen. Dicen que es un corzo italiano con una malformación genética. En ocasiones odio la ciencia, que tanto nos ha dado, por querer quitarnos los sueños y las fantasías que nos hacen ser más niños y menos adultos, que nos hacen soñar más despiertos y dormir más profundamente. Pues ¡que se joda la ciencia!, porque los unicornios existen. Y si los unicornios existen cualquier cosa puede pasar, hasta mis sueños y los tuyos (puede que alguno tu y yo coincidamos), aunque la ciencia hable de probabilidad, los envidiosos hablen de suerte, los que no tienen sueños por lograr de perseverancia yo hablo de unicornios.
Así que yo, con o sin permiso de la ciencia, juro ante el Word que soporta mis devaneos y el Mac que aguanta mis tecleos a cuatro dedos, que voy a seguir luchando por mis sueños, ya sea el que toma forma como el sensual cuerpo y la maravillosa mente de la mujer que me encandila o aquel de ser el artista en el cuerpo de un científico que me enjauló durante mucho tiempo y cuya piel de parafina estoy empezando a mudar porque…
¡¡¡¡LOS UNICORNIOS EXISTEN!!!!
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