lunes, 28 de abril de 2008

La Búsqueda de la Felicidad Vs. El Domingo por la tarde.



Desde mi época de estudiante, o quizás antes, he tenido al domingo por la tarde, incluso en periodo de vacaciones, como el culmen de la infelicidad, pues, claro está, determinaba la vuelta a la dinámica de la semana y para colmo después a ello se unió el despedirse de amigos y de la persona más querida (espero que si alguien de mi familia lo lee me entienda…), pero lo que nunca me planteé fue el hecho que no me amargaba porque dejara la felicidad, si no que lo hacía porque me alejaba de una felicidad que no lo era o porque había dejado pasar algún momento que disfrutar de algo o alguna oportunidad de reconocerlo…

Pero hoy todo eso ha cambiado. Hoy, domingo por la tarde (hace un rato para los ortodoxos del calendario…) he sido consciente de mi felicidad. Y todo ello habiendo pasado por un extraño momento una semana antes que, mirando atrás, fue sólo un momento de vértigo, pues estaba en una situación extraña e incontrolada, ¡estaba disfrutando de ser yo!, y lo más sorprendente ¡los demás también!… ¡que pasada! Podía ser feliz sin ser infeliz… Y hoy, como culminación, lo he sentido plenamente y lo he contado.
No ha pasado nada especial, y todo a la vez. He sentido que era yo y que era feliz por serlo y, lo mejor, lo reconocido y se lo he hecho saber a una amiga. Por eso, desde ahora en adelante me prometo a mi mismo no denostar gratuitamente a ningún día de la semana ni siquiera a una franja de un día, porque cualquier día puede hacerme ver que a pesar de todo y de nada yo puedo ser feliz o, al menos, darme cuenta que lo soy.

La princesa que no reinó...

Mi princesa no reinó, es más, la había olvidado, y al volver al blog y la recordé y vi que no reinó. Que más da. El mundo está lleno de princesas con aspecto de putas republicanas y viceversa. ¡Que vivan las putas!¡Que viva la república!¡y que vivan hasta las princesas!