viernes, 18 de diciembre de 2009

Un diálogo.


“ - DORWORTH (BURT LANCASTER): Nada es para siempre, excepto la muerte. Pregúntale a Fierro, a Francisco,… a todos aquellos del cementerio de los hombres sin nombre.
- RAZA (JACK PALANCE).- Todos ellos murieron por un ideal.
- DORWORTH: ¿La revolución?¡Ja! Cuando el tiroteo termina los muertos se entierran y los políticos entran en acción, y el resultado es siempre igual, una causa perdida…
- RAZA.- Así que, tu quieres la perfección o nada… ¡Ah! ¡Eres demasiado romántico, amigo! La revolución es como la más bella historia de amor, al principio ella es una diosa, una causa pura, pero todos los amores tienen un terrible enemigo, el tiempo. Tu la ves tal como es… la revolución no es una diosa, si no una mujerzuela… nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta… Así que huimos, encontramos otro amor, otra causa, pero sólo son asuntos mezquinos… lujuria, pero no amor, pasión pero sin compasión, y sin un amor, sin una causa ¡no somos nada! Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos porque nos desengañamos, volvemos porque nos sentimos perdidos, morimos porque es inevitable.”

‘Los Profesionales’ (Richard Brooks,1966)

lunes, 25 de mayo de 2009

La edad media disfrazada de terrario.

Hace poco me he enterado que a un programa de 'humor' de la televisión le han dado un 'prestigioso' premio -creo que suizo- al Mejor Programa de Humor para televisión.

A mi me gustaría saber quien da esos premios y si es la misma persona que dirige los designios de la cultura en España, pues, si es así, entenderé el despropósito.

El programa es 'El Hormiguero'. Es un programa cuya gracia está en lo fácil, en la hilarancia obvia, en esos chistes que cualquiera de más de dos años - los de menos simplemente no tiene lenguaje para expresar el chiste - lo haría en menos de tres segundos. También se dedican ha imitar esqueches de youtube o a hacer pseudociencia. También hacen ¡¡¿¿rap??!! y no se que idioteces más...

Bueno, la verdad lo he visto y sigo sin entender que ve la gente en el programa. Sólo supongo que quien lo sigue y tiene más de tres años, es porque se identifica con la capacidad de hacer chistes fáciles y bromas de mercadillo...

Pues eso, me parece un bodrio de mal gusto y peor guión o preparación.

Por otro lado he intentado entender por qué lo odio tanto, supongo que porque un sustituyó a mis amados Gomaespuma en las mañanas y ¡eso no se lo perdono a nadie!

sábado, 23 de mayo de 2009

Hace años. Hoy en día.

Hace años, un amigo que no hace mucho volví a encontrar, me comentó que era común - él escribía guiones, como yo intento - que los primeros guiones fueran sobre suicidios. No recuerdo muy bien la explicación, tampoco hoy me interesa demasiado. Pero es cierto que, durante mucho tiempo, en mi caso no sólo se cumplía el curioso hecho del tema del primer guión si no que era algo recurrente en mis ideas y mis pensamientos.

Hoy, viendo una película - no demasiado buena al principio, algo mejor en medio y peor al final - termina rompiendo una historia de amor con un suicidio, pues el protagonista dice haber alcanzado la felicidad máxima con dicho amor.

El final de la película no me ha hecho ni puta gracia, pero me he dado cuenta que mis ideas ya no van por el camino de mi primer guión.

Eso me ha hecho feliz.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La radio.

Creo que era mi casi adorado L.G. Berlanga el que decía que cada día miraba - no se si cosa suya o heredado - las páginas necrológicas de los periódicos a ver si aparecía su nombre y, una vez confirmaba que no había fallecido, quedaba más tranquilo tomando el desayuno.


Esta chorrada la comento porque dos reseñas necrológicas en mi blog no son de mi agrado, si bien cuando alguien te duele en su desaparición debes recordarlo, pues como decía Woody Allen en uno de sus relatos 'Sin Plumas': "trascender a la muerte es el único consuelo que nos queda, aunque si me dan a elegir prefiero no morir"(o algo así...). Bueno, que ha muerto Antonio José Alés, alguien que hacia radio y, sobre todo, hacía que imaginara, que me escondiera bajo mis sábanas para huir de extraterrestres y fantasmas, que me costara trabajo dormir y que soñara y, por supuesto, que esperase con deseo la hora de 'Medianoche', como se llamaba su programa y la hora de emisión para dejarme llevar por su mundo.

Antonio, echaré de menos tu voz, como echo de menos la de 'Cebri', la del Doctor de ojeras,... y la de aquellos que hacen de la radio un nido de sueños.

Gracias abuelo por darme la radio y la cultura.

martes, 12 de mayo de 2009

Antonio Vega o el Arte como Tortura

Nunca he entendido ni creo que entienda el por qué del arte, a pesar de las cientos de definiciones que han pasado por mis ojos y por mis oídos, si bien hay una de esas definiciones, que supongo que alguien alguna vez habrá usado, pero que a mi me gusta pensar que se me ocurrió a mi: El Arte como Tortura.

Ese es el caso de la persona que me enteré hace unas horas que había muerto: Antonio Vega.

Antonio, desde el punto de vista de alguien como yo que no soy fan suyo lo cual creo que me da la referencia y la objetividad para juzgarlo, fue alguien que sufrió y se dejó llevar por la melancolía y los excesos y los defectos de alguien que siente demasiado. El sentir demasiado duele en exceso y lo lleva a uno al refugio de la muerte rápida como ya hicieron y harán unos o su versión lenta basada en abusos y depravaciones químicas o físicas que hicieron, hacen y harán otros.

Pero Antonio ha dejado momentos de magia que forman parte de nuestras vidas, canciones que nos hacen sonreír recordando momentos propios o imaginar maravillosos y poéticos momentos de otros.

Antonio nos has hecho felices en la melancolía. Antonio ha hecho Arte siendo para él una Tortura. Antonio ha hecho música para él y para nosotros a partes iguales.

Antonio ha hecho historia y como una vez dijo alguien a quien la historia y la incultura tampoco hicieron justicia parafraseando a un genio, en España no sabemos enterrar a nuestros muertos, pero Antonio no necesita ser enterrado. Lo que enterrarán o incinerarán será algo que no es Antonio. Antonio es sus letras y su música que nos seguirán acompañando siempre.

Antonio, el Arte ha sido tu Tortura y tu tortura nuestra bendición.

Gracias y siento mucho tu sufrir.

http://www.youtube.com/watch?v=4xU12NYLj4k&feature=related

miércoles, 6 de mayo de 2009

Cosas que merecen la pena (o Porque vale la pena vivir II, pero la lista es mía)

Hacía tiempo que no venía por aquí. Si no fuera yo y no me conociera diría que soy un impresentable. Pero yo soy así, para lo malo (poco por suerte) y para lo bueno (la mayor parte). Soy poco persistente y con bastante autoestima en lo que a bondad se refiere.

Y para volver me planteo hacer una lista de esas de las que me inspira una película que amo y que permite, cuando tienes dudas, saber que es lo que realmente importa y por lo que merece la pena vivir…

Merece la pena una parada en Córdoba camino de Valencia, unas tapitas con unas amigas, un bocadillo de Lomo en Manteca, esa curva de derechas y en subida en la carretera de Aracena, una cena-peli con mi primo Migue, unas risas con mis padres, unos chupitos de tequila en el Matakas, un fin de semana en Berlín, Rossi trazando ‘El Sacacorchos’ de Laguna Seca, unas picotas de caramelo, ir de compras con María, una película o un millón, un paseo por Lisboa, una nevada en Nueva York, Sevilla en primavera, una conversación sobre Stevenson o Poe a las tantas, una obra de teatro en buena compañía, que un alumno te diga que de mayor quiere ser como tu, un diálogo recién terminado, una puesta de sol en El Palmar…y otras muchas cosas que el cansancio del día que ha pasado y las horas que son no me permiten seguir poniendo aunque en breve o no terminaré ampliando la lista…

martes, 27 de enero de 2009

Algunas veces, bueno, en realidad casi siempre.

Algunas veces, bueno, en realidad casi siempre, cuando voy por la calle, sobre todo cuando paseo sin rumbo, pensando en cualquier cosa, que aunque sea importante deja de serlo en si por ser únicamente un pensamiento sin compartir, disimulo ante los desconocidos con los que me cruzo o con los que creo pueden observarme, disimulo como si llevara algún rumbo, algún objeto fijo, como si el final de mi caminata en solitario no fuera simplemente pasear y hablar un rato conmigo mismo, como si el final de ese trasiego fuera un momento de encuentro con otros con los que me gustaría que entendieran como me siento cuando paseo sólo.

Ese sentimiento, el del paseo en solitario con un disimulo que seguramente no le interese a nadie, lo he encontrado hoy, después de uno de esos paseos, en un libro que acabo de empezar a leer y he descubierto o, mejor dicho, he recordado porque me resultan tan mágicos los libros. La magia de los libros no está en que me hacen imaginar historias que no vivo ni viviré, pues ahora sigo el camino de vivirlas todas, si no por el hecho de vivir y leer sentimientos que, en mi falta de referencias o de modestia, suelo creer genuinos de mi persona y de cuatro más…

Quiero dar gracias a esos montones de hojas, a los autores que pusieron unas letras detrás de las otras en momentos que seguramente les fueron más de sufrimiento que de encanto, todo con el único fin de parir pensamientos suyos, que quisieron compartir conmigo, con muchos y, sobre todo, con ellos, porque, como yo, pensaban que, si bien eran propios, tenían que hacerlos llegar a otros, iguales o diferentes, que los escucharan como si de ellos mismos.

miércoles, 14 de enero de 2009

Córdoba, Plaza de Las Tendillas (Más devaneos III)

Es curioso, cuando llego al sitio donde escribo esto también llega una masa de gente desde una calle de un nombre también curioso, la calle Jesús María -nombre especialmente cristiano- y es curioso puesto que, la gente, la masa, viene con una proclama a favor del pueblo palestino - en apariencia árabe - o, mejor dicho, esa proclama es en contra del genocidio que el poder económico israelita ejerce contra un pueblo al que sólo le queda el fundamentalismo y la solidaridad internacional como salida, pues los políticos, los de allí y los de aquí - esa clase de seres que algún día pasarán por el patíbulo de la historia - que debían haber comandado una salida pacífica, se corrompieron en manos de los más listos y, sobre todo, los más ricos.

Me resulta curioso puesto que, en estos días, rara es la cena, almuerzo o tanda de copas en la que no aparece el tema del conflicto palestino-israelí. En esas congregaciones progres en las que se lee El País, se habla de política de “izquierdas” y de lo mal que va el mundo y lo bien que iría si dicha “izquierda” gobernara de verdad. Todo ello, claro está, se condimenta con alcohol del más caro, mezclado con refresco emblema del capitalismo más feroz y con alguna sustancia asimilable vía nasal que llena de euforias efímeras nuestras cabezas a menor velocidad que el monedero los suministradores de dicha sustancia y los entes “bienpensantes” que los respaldan.

Por supuesto no tengo nada en contra de la gente de izquierdas ni de las políticas de izquierdas, más bien al contrario, lo mismo que tampoco lo tengo nada en contra de ciertas formas de diversión o de trasgresión química. Me gusta divertirme tanto como pensar que soy de izquierdas. Pero pienso que el peor enemigo de la izquierda es la propia izquierda. Una forma de pensar y, sobre todo de actuar, tan anacrónica como justificada. El futuro, si lo hay, está y estará siempre en manos de ese grupo de seres humanos de talla corta e imaginación infinita al que desde que nace se intenta amaestrar y enfocar en nuestros sueños no cumplidos y en nuestras indumentarias envidiadas.

El futuro está en la educación, que no en el adoctrinamiento, de los niños. En una educación que los deje pensar y opinar libremente, que no les imponga nada, ni siquiera que les sugiera. Una educación que les explique que tienen derecho y, a veces, obligación al pataleo y a revindicar lo que consideran justo y a protestar por lo injusto y, por supuesto, a pelear, aunque sólo sea – que no es poco – manifestándose en una plaza de Córdoba por algo que consideramos, si lugar a dudas, como inmoral.

Estoy, para variar, escribiendo en una cafetería. (Más devaneos II)

A mi lado, en la mesa contigua, junto a una ventana, un hombre. El hombre supera los cuarenta, aunque fuma como si no quisiera llegar a los cincuenta y a lo mejor todavía estuviera en los treinta. Mira hacia la calle por la ventana como si fuera lo único que ha hecho en su vida y como si fuera lo único que sabe y le queda por hacer. Su mirada lo cuenta todo y no cuenta nada.
El hombre mira con deseo, o quien sabe si con envidia, el cuerpo de una chica que pasa ante él. La mira más allá de todo y por todo. La mira como si en su belleza y en su dulce y aparente fragilidad estuviera la respuesta a todas esas cosas que lo hacen mirar sin futuro y sólo con pasado.

A veces me planteo si, con eso de vivir tantos años, no nos hemos olvidado de aumentar también los sueños y los motivos por los que merece la pena ser longevos. No digo que haya que ser como un replicante con duración estipulada y programada, en nuestro caso, por una vida denostable, digo que, a lo mejor, no estamos preparados para vivir más allá de nuestros sueños y de unas vidas programadas de antemano para que sean monótonamente fructíferas y de cuarenta y pocos.

Yo, con todos mis respetos para el inventor del dominó y de los bailes de salón, reclamo que se eduque, a esas generaciones que van a vivir tanto, en los sueños, en vivir y en imaginar. Es necesario que tengamos sueños y planes que ocupen nuestra vida, fuera y después de una vida de trabajo y esclavitud programada y disfrazada de felicidad consumista.

Seguiré soñando.

La inconstancia.

La inconstancia es una de mis virtudes ¡ah! ¿que no es una virtud?, pues alguien me lo podría haber dicho antes, que llevo equivocado entonces toda una vida... Bueno, intentaré rectificarlo colgando algunos devaneos que escribí en circunstancias tan diversas como emotivos fueron los momentos que me las sugirieron.

Besos para los que, en algún momento de vuestro tiempo, leéis estas cosas mías.