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jueves, 7 de abril de 2011

Gris. The Wire es gris.


Pero aquí el gris no es un color triste. Gris, cuando hablo de The Wire, es un tono. Es el tono de la realidad más cruda. Es el tono de personajes, “buenos” y “malos” que no son buenos ni malos, son grises. El tono gris tiene muchos grados, pero casi nunca toca los extremos, o sea, ni blanco ni negro, como la vida misma.

Su trama dicen que es complicada, y eso es cierto, pero no mas que la vida misma más allá de nuestros sillones, nuestros ordenadores y nuestra cama con cubierta de plumón del Ikea.

Sus personajes son tan corruptos como nosotros, y cuando digo nosotros me refiero a cualquiera, incluso a los políticos. Sus diatribas tan vulgares y tan trascendentes como las nuestras. Y sus vidas tan vacías y tan rellenables como las de cada uno de nosotros.

Por eso, cuando termino de ver una temporada de The Wire me voy a la cama como cuando despedía a mis compañeros de curso cuando estudiaba o como cuando despido a mis alumnos de último curso cuando terminan. Se que a muchos, a la mayoría, no los volveré a ver, pero sí se que los recordaré y los echaré de menos, con sus cosas buenas y con sus cosas malas, es decir, con sus tonos grises.

martes, 30 de noviembre de 2010

¡Hasta los cojones de tanta hipocresía!


Ayer llegué a mi casa para almorzar media hora antes de lo que suelo hacerlo. Era la una y media cuando me senté a jugar con el mando delante de la tele, pues como animal de costumbres que soy y mi hora de comer es pasada las dos, tenía un tiempo muerto no habitual que ocupar.

No tengo costumbre de ver la tele y menos a esa hora. Pasé por diferentes tipos de programas a cual más deplorable, si bien me llamó la atención lo que en ese momento emitían en La Sexta.
En la pantalla aparecía un señor dando explicaciones sobre como habían capturado a un asesino en un recóndito lugar de los EEUU. Al margen de que en dicho programa nadie se plantee cuantos asesinatos se resuelven eficazmente en un pais como ese, lo y que nunca se plantean es por qué hay más armas que personas, lo más increible del programa no era eso, si no que el señor que se las daba de experto explicaba que el condenado, que había matado su mujer por motivos económicos, iba a tener su merecido, pues en la carcel lo iban a tratar como se merecía, es decir y en palabras del individuo moralizante, "como una mujer" y "como una esposa". Es obvio que el trajeado señor de pelo cano se refería a las vejaciones y sodomizaciones varias que iba a llevarse de regalo el asesino de su visita a la prisión. Más allá de su merecimiento en la condena y de su culpabilidad y de que el país en el que se crea el programa claramente pasa por alto las más mínimas nociones de respeto a los derechos humanos y a cosas como la rehabilitación, lo más vergonzoso de este caso es que dicho programa es emitido en una televisión de nuestro pais, donde se supone que se defienden los derechos igualitarios de las mujeres y homosexuales así como el caracter supuestamente de reinserción del sistema penitenciario. El hecho de dicha emisión, por todo ello, es vergonzoso y lo es más si cabe, por emitirse en una cadena que se las da de progresista que apoya incondicionalmente al gobierno que promulga y proclama todo designio (a veces cayendo en la estupidez y en contrasentido como con la "discriminación positiva") a favor de la igualdad, tanto para mujeres como para homosexuales, cuyo trato machista sufrido durante miles de años en dicho programa se usa como forma despectiva y aleccionadora de tratar a un reo.

Ya estoy harto de la televisión basura, y no sólo me refiero a Telecinco o Antena 3 por sus programas del llamado "corazón" o sus concursos amañados, también me refiero a La Sexta por programas como este, a Canal Sur por hacer apología de tópicos y de la explotación infantil, a Cuatro por promover concusos tan amañados como los de telecinco o programas de "deportes" que sólo hablan de futbol y de un equipo que viste de blanco, ni de las televisiones de la era digital de caracter fascista disfrazadas de tradicionalistas. Realmente estoy harto de la televisión cómo tal y de los dirigentes que emiten lo que los borregos aceptan y a los políticos que no hacen nada a cambio de unos cuartos defendiendo la libertad de elección por el televidente ¿qué libertad tienes cuando sólo puedes elegir entre la misma mierda?

Señores, los cerdos comen desperdicios si es lo único que tienen que comer, pero prefieren la trufa si se les da.